Todas las previsiones apuntan que el iPhone 8 será un completo éxito para Apple. Lo será principalmente porque se coloca como el modelo verdaderamente revolucionario en años, tanto en diseño como en el apartado de novedades, que lo hará muy deseado. Un éxito que reportará a los de Cupertino un importante volumen de ventas y que, de forma paralela, va a provocar un completo caos en el mercado de smartphones que desencadenará en diversas consecuencias. ¿Cuáles?
Según la previsión de algunos analistas del sector, Apple puede llegar a distribuir hasta 100 millones de unidades del iPhone 8. Esto sumado a las ventas del resto de modelos, propicia que Apple aumente considerablemente sus ventas anuales. Por ende, los norteamericanos necesitan un aumento en el suministro de componentes y entre éstos se encuentra tanto la memoria RAM como la memoria flash o memoria interna.
La memoria del iPhone, un problema para otros
Pues bien, este aumento de los pedidos de chips de memoria por parte de Apple, sumado a la creciente demanda global de este componente, hará que la oferta de este chip sea inferior a la demanda, provocando un importante problema de escasez de stock, con lo que ello conlleva.
Y es que los principales fabricantes de semiconductores, entre los que se incluyen Samsung e Hynix, se han visto obligadas a ampliar sus instalaciones o levantar nuevas fábricas para aumentar la producción. Sin embargo, los planes de actualización y ampliación de la cadena de suministro no se materializarán lo suficientemente rápido como para estabilizar el mercado de memoria RAM y memoria NAND.
Desestabilización del mercado
Las consecuencias de la alta demanda de memoria no se han hecho esperar. Por una parte, existe un número determinado de fabricantes que se han visto obligados a anticipar las previsiones para hacerse acopio de este chip y poder ser introducido posteriormente en sus smartphones. En otros casos, las consecuencias se han materializado en un aumento considerable del precio de la memoria, algo que de forma indirecta afectará al bolsillo de los usuarios.
Por otra parte, no tenemos más que tener en cuenta recientes casos como el de Huawei que, ante la falta de memoria UFS, tuvo que recurrir a otra memoria de inferiores prestaciones (anterior generación eMMC) para abastecerse. La decisión tuvo consecuencias puesto que la noticia trascendió a nivel internacional, con el consiguiente enfado de los afectados.
Obligados a recudir las especificaciones de sus smartphones
Y es que la producción del iPhone 8 ha desencadenado en una guerra entre fabricantes por la memoria. Los que no consigan el volumen suficiente de este componente sufrirán peores consecuencias y podrían verse obligados a recudir las especificaciones en este apartado, introduciendo menos memoria RAM y memoria interna en sus teléfonos, con lo que sus productos, de cara al usuario, pueden verse perjudicados. En esta situación podrían encontrarse gran cantidad de fabricantes chinos que utilizan precisamente como herramienta de marketing cifras elevadas para la memoria RAM y memoria interna. Especificaciones que el usuario percibe como un elemento de gran valor en el cómputo general de la ficha técnica de un smartphone.
Fuente > NexPowerUp
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