Acostarse en cama, dormir y descansar. Tres cosas que deberían ir unidas al final de la jornada, pero difíciles de acompasar para mucha gente. ¿Cuánto tardas en quedarte dormido tras meterte entre las sábanas? Y después de dormir, ¿sientes que has descansado debidamente? Si tienes problemas para conciliar el sueño y reponer energía durante la noche, quizá puedas encontrar una explicación en tu manera de usar el teléfono móvil. El hábito de enviar los últimos mensajes de WhatsApp o echar un vistazo a Facebook desde la cama puede suponer una seria amenaza para tu salud.
En el blog Viral Thread nos explican cómo afecta esta costumbre a nuestro cuerpo y nuestro cerebro. No se trata de riesgos menores. Según los datos recopilados en un estudio realizado entre 850 adultos, el 'vicio' de manipular un smartphone con las luces del dormitorio apagadas se vincula a un significativo incremento del insomnio y la fatiga general, al caer en picado la calidad de nuestro descanso. Deslumbrarnos con el potente brillo de la pantalla justo antes de intentar dormir es una pésima idea.
Ese estímulo luminoso provoca que nuestro cerebro no segregue melatonina, como si le enviásemos un mensaje informándole de que la hora de dormir todavía no ha llegado. Si el comportamiento se repite noche tras noche, las consecuencias pueden aparecer en forma de insomino o incluso depresión. Dormir poco y mal también dificulta que las células gliales limpien correctamente las neurotoxinas generadas a lo largo del día. ¿Qué ocurre entonces? Problemas de memoria, atención... y tal vez de sobrepeso.
Según las pesquisas de los expertos, no descansar lo suficiente afecta a nuestros niveles de insulina y por tanto a nuestro metabolismo. Utilizar el móvil en la cama empieza como un hábito aparentemente inocente, pero perturba nuestro sueño más pronto que tarde, pudiendo causar que el ejercicio que hacemos para mantenernos en forma no surta el efecto buscado. Si además de no recargar pilas cada noche sientes que te cuesta conservar la línea, es posible que tu teléfono esté en la raíz del conflicto.
¿Cómo solucionarlo? Por supuesto, la mejor idea es dejar el smartphone fuera del dormitorio para evitar tentaciones. Pero si por el motivo que sea necesitas tenerlo cerca y utilizarlo a menudo, intenta rebajar todo lo que puedas la iluminación de la pantalla. Existen aplicaciones para Android e iOS que activan una especie de 'Modo noche' con brillos menos agresivos para nuestros ojos. Su eficacia no está probada, pero algunas cuentan con reseñas de usuarios que aseguran que les han sido útiles. Ahora ya lo sabes: para cuidar cuerpo y mente, nada de móvil en la cama... y tampoco en el cuarto de baño.
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