El Gobierno de China ha dicho, en un comunicado en el periódico Global Times, que las ventas del iPhone “sufrirán” si el presidente electo Donald Trump cumple con las amenazas de empezar una guerra comercialcuando entre a la Casa Blanca. El comentario se hizo como respuesta a la promesa que el magnate y político americano hizo de aplicar tarifas de un 45% a las importaciones chinas, es decir, si la guerra se empieza, China la continuará.
El comunicado parece ir destinado directamente a Trump, asegurando que un hombre de negocios astuto no será tan ingenuo e incuso sugerirá que la guerra comercial es una trampa puesta por los medios americanos para acallar al nuevo presidente. De hecho, los chinos no son los únicos que esperan que la amenaza de esta guerra se quede en sólo palabrería para acceder a la Casa Blanca, algo que, por otra parte, es altamente probable.
Medio mundo espera que Trump no cumpla con muchas de sus promesas
Si Trump impone una tarifa del 45 por ciento a las importaciones chinas, el comercio China-EEUU será paralizado. China hará una movimiento “ojo por ojo” en ese caso. Un lote de pedidos Boeing (EEUU) será sustituido por Airbus (Europa). Los coches de EEUU y las ventas del iPhone en China sufrirán un revés […] El nuevo presidente será condenado por su falta de respeto, ignorancia e incompetencia y acarreará con las consecuencias.Por otra parte, el medio chino asegura que Trump no tendrá en ningún caso la autoridad necesaria para aplicar esta tarifa:
Imponer una tasa del 45 por ciento a las importaciones de China es mera retórica de campaña. La autoridad más importante que tiene un presidente de los Estados Unidos es imponer tarifas de hasta un 15 por ciento durante 150 días a todos los bienes importados y el límite sólo puede ser roto con la condición de que el país este declarado en estado de emergencia. En otro escenario, un presidente de los Estados Unidos sólo puede pedir que una tasa aumente en productos individuales.
Veremos lo que pasa de ahora en adelante, pero yo estoy de acuerdo con lo que dice el Gobierno chino. Más que nada porque una cosa es la campaña política y otra muy diferente es lo que se hace una vez se llega a la presidencia, algo que quedó demostrado en las primeras palabras del próximo presidente de los Estados Unidos nada más confirmarse su victoria. A no ser que Trump quiera (y pueda) empezar algo gordo, no puede provocar a mercados tan importantes como el chino. Y es que, Trump, calladito estás más guapo.
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