La historia, hay que reconocer que muy sensacionalista, del chico al que el Apple Watch ayudó a salvarle la vidatiene desde ayer un nuevo capítulo. La historia corrió como la pólvora por la blogosfera de tecnología y Tim Cookpensó que era conveniente ponerse en contacto con Paul Houle, el chico con el problema, para hacerle un par de propuestas.
La primera de estas propuestas fue, cómo no, ofrecerle un nuevo iPhone, seguramente un iPhone 6s. La segunda fue una oferta de trabajo temporal veraniego en 2016 en las instalaciones de Apple. Houle asegura que “recibí una llamada de teléfono de un número de California y me dijo ‘hola, mi nombre es Tim Cook, CEO de Apple‘ “.
Paul Houle es un futbolista de 17 años que estaba jugando al fútbol y empezó a notar dolores fuertes en el pecho cuando respiraba y una frecuencia cardíaca muy acelerada. Miró su Apple Watch y confirmó que, efectivamente, sus pulsaciones iban demasiado rápidas. Houle asegura que hizo una siesta y sus pulsaciones aún estaban a 145ppm. Asegura también que “si mi reloj no me hubiera mostrado las 145ppm, no hubiera hecho nada al respecto“.
El padre de Paul dudaba de que su hijo se comprara un reloj tan caro en un principio, pero después de la experiencia fue y se compró uno a él y otro a su mujer, algo que, sinceramente, me parece una exageración.
Que Paul usara el Apple Watch para confirmar que había un problema es circunstancial. Podría haber sido cualquier otro pulsómetro y el resultado habría sido el mismo, con la diferencia de que no nos habríamos enterado y Tim Cook no habría hecho su llamada. Toda esta historia ha sido una especie de golpe de suerte para Apple por proporcionarles una historia que les sirva para promocionar su Apple Watch. Un verano en sus instalaciones y un iPhone son un precio muy bajo para una campaña de marketing.
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