Cuando Apple anunció oficialmente que este 2015 lanzaría su primer smartwatch, lo que muchos se preguntaron era qué haría la empresa de Cupertino para enfrentarse al quizá principal problema de los relojes inteligentes: Un alto gasto energético que obliga al usuario a recargarlo mucho más frecuentemente que un reloj de pulsera convencional, tal como en un momento la duración de la batería pasó de durar una semana con los dumbphones a un día con los smartphones.
Si bien lo único que sabíamos en base a rumores era que el Apple Watch 'se debía cargar todas las noches', en base a fuentes anónimas afirman incluso que bajo un uso intenso —como por ejemplo ejecutando algún videojuego— la batería podría durar tan poco como dos horas y media, mientras que bajo un 'uso estándar de aplicaciones' podría durar tres horas y media.
Por otro lado, las fuentes anónimas afirmaron que Apple optó por utilizar un procesador 'relativamente poderoso' (y que por eso mismo gasta más energía) llamado Apple S1, el que tendría un desempeño similar al procesador A5 de los actuales iPod Touch, que sumado a su pantalla de alta calidad 'capaz de correr fluidamente a 60 cuadros por segundo' solo le resta vida útil a la batería.
Esto significa que en el fondo el Apple Watch tendrá una autonomía de un día completo, pero usándolo un poco ocasionalmente en el transcurso del día como para ver notificaciones, la hora, o enviar uno que otro mensaje. Por lo que parece es un tema que si bien preocupa a Apple, no han logrado aún solucionar.
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