La utilización de materiales metálicos en la fabricación de smartphones ha sido considerada desde el principio como característica diferenciadora que aporta un plus muy importante en el apartado del diseño. Tanto es así que compañías como Samsung se han visto obligadas a sustituir el plástico por el aluminio en algunos de sus modelos de alta gama para mantenerse a la altura de las circunstancias. Sin embargo, las aleaciones metálicas tienen su encanto estético, pero también algunos inconvenientes que el plástico o no experimenta o lo hace en menor grado.
Características intrínsecas del aluminio
Uno de los inconvenientes de las carcasas de aluminio es que son más susceptibles a sufrir desperfectos en su superficie, especialmente en los laterales. Las muescas y arañazos son habituales en algunos teléfonos de este tipo.
Otro de los contras que presenta este tipo de construcción es la resistencia a la flexión. Mientras que el plástico tiene mayor capacidad para volver a su forma inicial después de soportar un esfuerzo flexor, la rigidez del aluminio es un arma de doble filo en este aspecto. Y es que una vez que el metal se dobla no “vuelve a su sitio”.
Algunos usuarios del iPhone 5 y iPhone 5s lo han experimentado en anteriores ocasiones. Sentarse con el smartphone metido en el bolsillo de un pantalón puede ser un riesgo. Si bien es cierto que el porcentaje de usuarios afectados hasta la fecha debe ser relativamente bajo (ya que de lo contrario la repercusión de estos desperfectos trascendería con mucha más fuerza), en el caso del iPhone 6 Plus podríamos encontrarnos ante uno de esos casos más notorios.
Uno de los inconvenientes de las carcasas de aluminio es que son más susceptibles a sufrir desperfectos en su superficie, especialmente en los laterales. Las muescas y arañazos son habituales en algunos teléfonos de este tipo.
Otro de los contras que presenta este tipo de construcción es la resistencia a la flexión. Mientras que el plástico tiene mayor capacidad para volver a su forma inicial después de soportar un esfuerzo flexor, la rigidez del aluminio es un arma de doble filo en este aspecto. Y es que una vez que el metal se dobla no “vuelve a su sitio”.
Algunos usuarios del iPhone 5 y iPhone 5s lo han experimentado en anteriores ocasiones. Sentarse con el smartphone metido en el bolsillo de un pantalón puede ser un riesgo. Si bien es cierto que el porcentaje de usuarios afectados hasta la fecha debe ser relativamente bajo (ya que de lo contrario la repercusión de estos desperfectos trascendería con mucha más fuerza), en el caso del iPhone 6 Plus podríamos encontrarnos ante uno de esos casos más notorios.
Primeros casos
En primer lugar, tan solo unos días después de salir a la venta los nuevos modelos, empiezan a registrarse las primeras quejas en los foros por los que se mueven los usuarios que se decantan por iPhone. Tal y como apunta MacRumors, por el momento no han trascendido muchos casos, pero sí han detectado que la cifra va en aumento. Será cuestión de tiempo para que se pueda cuantificar el número de afectados para determinar si el problema se queda en nada, como en anteriores ocasiones, o si por el contrario se convierte en “pandemia”.
Por lo pronto, algunos de los afectados han explicado que han visto cómo sus iPhone se han doblado a los dos días de haberlos comprado. Tal vez el caso más detallado ha sido el de un hombre que relata cómo se percató de la deformación tras asistir a una boda. El viaje de ida y vuelta, de ocho horas en total en coche y los momentos en los que estuvo sentado en la boda fue el tiempo que el iPhone 6 Plus estuvo expuesto en el bolsillo de su pantalon.
En primer lugar, tan solo unos días después de salir a la venta los nuevos modelos, empiezan a registrarse las primeras quejas en los foros por los que se mueven los usuarios que se decantan por iPhone. Tal y como apunta MacRumors, por el momento no han trascendido muchos casos, pero sí han detectado que la cifra va en aumento. Será cuestión de tiempo para que se pueda cuantificar el número de afectados para determinar si el problema se queda en nada, como en anteriores ocasiones, o si por el contrario se convierte en “pandemia”.
Por lo pronto, algunos de los afectados han explicado que han visto cómo sus iPhone se han doblado a los dos días de haberlos comprado. Tal vez el caso más detallado ha sido el de un hombre que relata cómo se percató de la deformación tras asistir a una boda. El viaje de ida y vuelta, de ocho horas en total en coche y los momentos en los que estuvo sentado en la boda fue el tiempo que el iPhone 6 Plus estuvo expuesto en el bolsillo de su pantalon.
Existe un punto clave que puede generar más problemas de los previstos a Apple. Y es que el iPhone 6 Plus es más delgado que las dos últimas generaciones de iPhone (7.6 milímetros frente a los 7.1 del modelo actual). A todo esto debemos sumar que la altura del phablet también aumenta de forma notoria ya que el iPhone 6 Plus registra 158.1 milímetros mientras que los iPhone 5 y iPhone 5s se quedaban en 123.8 milímetros. Esta diferencia es notable y no se escapa a los efectos de la física. Es de esperar que los técnicos y diseñadores de Apple hayan tenido en consideración este condicionante y características -resistencia- del material utilizado. Un error de cálculo podría hacer que el iPhone 6 Plus fuese mucho más susceptible a este tipo de esfuerzo (flexor).
Por tanto, para descartar cualquier posible defecto habrá que esperar unas semanas, cuando se hayan distribuido una cantidad de iPhones más que aceptable para determinar la tasa de afectados, si es que siguen saliendo a la luz más casos de iPhone 6 Plus doblados. ¿Sucederá lo mismo con el iPhone 6?
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