No es el primer caso que vemos, y probablemente tampoco será el último, en el que la tecnología es la protagonista ensucesos de lo más macabros. Esto en buena parte se debe a que les damos tanto valor a las cosas materiales que a veces seríamos capaces de todo por recuperarlas.
El caso que nos ocupa hoy sentará frente al tribunal a un hombre británico, padre de familia, acusado de haber matado al ladrón que robó el iPhone a su hijo a punta de cuchillo. Para llevar a cabo tal gesta y encontrar al ladrón, utilizó la aplicación ”Buscar mi iPhone”, la cual proporciona datos exactos de dónde se encuentra ubicado el terminal en tiempo real. De esta forma, Derek Grant pudo localizar el dispositivo y, con él, al ladrón, Bradley.
Cuando Derek encontró al ladrón, le exigió que le devolviese el iPhone que le había robado a su hijo esa mañana mientras recorría el camino que separaba su casa del McDonald’s donde trabaja. Bradley, poco dispuesto a cumplir la petición, reaccionó hiriéndole en el ojo con un cuchillo, lo que hizo que Grant reaccionara en defensa propia con fatales consecuencias y, utilizando un cuchillo que él mismo había traído de casa para defenderse, apuñaló repetidamente a Bradley. Este fue llevado al hospital Royal Inverclyde, donde falleció poco después de un paro cardíaco.
Grant se ha declarado culpable de asesinato, aunque ha querido recordar a los miembros del tribunal que “en el momento de este incidente, yo estaba actuando en defensa propia.”
Los robos de iPhone representan actualmente un papel determinante en muchas de las grandes ciudades de todo el mundo, donde ha aumentado la delincuencia gracias a este tipo de objetos, muy codiciados por ladrones de todo tipo.
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