Un co-piloto, que ha permanecido en el anonimato, confesó la semana pasada ante los responsables del Sistema de Informes de Seguridad de la NASA que las brújulas de la cabina de un avión en el que él estaba en 2011 no funcionaron correctamente hasta que se localizó a un pasajero sentado en la fila 9 y éste apagó su iPhone.
El incidente con el iPhone ocurrió en un vuelo regional en el país norteamericano a 9.000 pies de altura, es decir, pordebajo de los 10.000 pies, el límite establecido para poder utilizar tablets, smartphones y demás terminales móviles en las cabinas de los aviones, eso si, siempre con todas sus conexiones inalámbricas desactivadas. Esta confesión hareactivado la polémica sobre si es seguro utilizar un móvil o un tablet a bordo de un avión.
Mientras las autoridades no se muestran muy favorables a esta medida, y presentan para ello las pruebas que han obtenido en laboratorios donde se indica que puede haber interferencias entre teléfonos y el equipo de las aeronaves, la industria se muestra dividida. Según comentan en Bloomberg, el gran problema viene dado por el uso del posicionamiento GPS de los aviones. Si bien para la navegación existen otros elementos que no se ven afectados por el uso de dispositivos inalámbricos, la señal de geolocalización puede distorsionarse, algo peligroso cuando vuelan varios aviones cerca unos de otros.
United Continental ha manifestado que no quiere cambios en la normativa en pos de una mayor seguridad y, por su parte, Delta, una de las aerolíneas más importantes del país y que más ha peleado por unas normas más permisivas, se muestra favorable al uso de dispositivos electrónicos en vuelo dado que es algo que los viajeros solicitan. Sin embargo, hasta esta última ha tenido que admitir ante la Administración Federal de Aviación americana que sus pilotos y mecánicos habían detectado 27 incidentes similares al mencionado anteriormente entre 2010 y 2012.
La polémica, por tanto, está servida y expertos tanto a favor como en contra no dejan de defender su postura mientras muchas compañías están estudiando la forma de integrar conexiones a internet en los aviones que no causen estos problemas para atraer a un usuario cada vez menos fiel.
Pese a todo, la realidad es que muchos pasajeros, intencionadamente o por descuido, no suelen hacer mucho casode esta normativa de seguridad. Cuatro de cada diez pasajeros encuestados el pasado diciembre entre los que viajaron con las principales aerolíneas americanas admitieron que les gustaría utilizar sus dispositivos en las fases de despegue y aterrizaje y un 30% admitieron que alguna vez se les había “olvidado” apagar el móvil en estos momentos. Esto ha provocado casos incluso más extraños como el del iPhone 4S que se puso a arder hace unos años.
Para acabar de rematar la ceremonia de la confusión, de nuevo Delta así como Alaska Air Group han sustituido losmanuales de vuelo de sus pilotos por ediciones digitales incluídas en iPads. Pese a que estos no son como los de cualquier usuario, según las aerolíneas tienen desconectadas cualquier tipo de conexión inalámbrica, es dificiljustificar a alguien que está leyendo en un e-reader o escuchando música con un reproductor MP3 que su dispositivo es un potencial peligro.
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