Durante las semanas previas a la presentación oficial del iPhone 5, Apple mantenía estable el precio de sus acciones. Pocos días después del evento oficial, la firma registraba su tope máximo al alcanzar los 702 dólares. Sin embargo, los posteriores acontecimientos durante los últimos cuatro meses han forzado una brusca caída cifrada en un 21% hasta fijar su valor bursátil en 486 dólares.
A pesar de su “repetitivo” diseño, el iPhone 5 ha sido el modelo más sofisticado de Apple lanzado hasta la fecha. Los primeros días a la venta fueron especialmente productivos para la firma norteamericana, que lograba colocar en el mercado más de cinco millones de unidades solo durante su primer fin de semana en las tiendas. Sin embargo, tras los primeros compases de su lanzamiento comercial, el mercado de valores no recibió el producto con el mismo entusiasmo.
Tanto es así que Apple ha experimentado un marcado desplome en la Bolsa, pasando del tope histórico de 702 dólares por acción hasta los actuales 490 dólares. Las gráficas y análisis hablan por sí solos puesto que los de Cupertino han perdido un 21% de su valor en poco más de cuatro meses. La causa habría que buscarla en su producto estrella, el iPhone 5 y, sobre todo, la noticia que destapaba una reducción de la producción del modelo.
Y es que la marca iPhone ya no cuenta con la exclusividad de sus primeros años en el mercado. La fuerte competencia de los smartphones Android de alta gama y la reacción adversa hacia el producto experimentada por los potenciales clientes han acabado por destronar al rey del mercado. Además habría que sumar otros factores igualmente influyentes como la actual crisis económica, que limita la compra de este tipo de dispositivos electrónicos y la política de negociaciones de la firma con los operadores, uno de sus principales clientes y distribuidores del modelo. No obstante, el acontecimiento que puede golpear aún más a Apple es el de la supuesta reducción de la producción del modelo. La demanda del iPhone 5 ha descendido por las situaciones anteriormente descritas y, además, por la expectación de los compradores ante la posible salida al mercado de una nueva generación, el iPhone 5.
Puede que las acciones de la compañía sigan desplomándose, aunque el futuro lanzamiento de nuevos modelos como el iPad Mini 2, una nueva versión del iPad 4, el mencionado iPhone 5S y el hipotético iPhone Mini pueden cambiar otra vez el devenir de la compañía. De lo contrario, Apple debería buscar soluciones puesto que las expectativas creadas por sus productos les favorecen en cierta medida, aunque es un arma de doble filo que puede volverse en su contra si sus innovaciones decepcionan al gran público.
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