"Todo lo que hace Apple, desde el diseño hasta la fabricación, influye enormemente", apunta Chris Anderson, ex editor de la revista Wired y ahora CEO de la firma 3D Robotics. "Otras compañías podrían mirar esto y decir: ‘Si Apple puede hacerlo, yo también puedo'".
Tim Cook, director ejecutivo de Apple, dijo en entrevistas recientes que su compañía, que actualmente realiza la mayor parte de su producción en China, invertirá 100 millones de dólares para traer parte de la fabricación de Macintosh de regreso a Estados Unidos el próximo año.
La maniobra de Apple no sorprende, sigue un patrón constante de empresas estadounidenses que traen de vuelta a casa la manufactura debido a los crecientes costos de mano de obra, suministro y producción en China.
"China ya no es barata. Y también te preocupas por los riesgos políticos y el costo ambiental de hacer negocios allí", señala Anderson, cuya firma crea tecnología ‘drone' de consumo. El directivo sacó de China la producción de su compañía hace dos años, estableciendo plantas fabriles en San Diego y Tijuana.
Anderson indica que fabricar sus productos más cerca de sus clientes en realidad ha resultado ser más barato. En lugar de producir en grandes cantidades como lo hizo en China, ahora aumenta la producción conforme llegan los pedidos. También ahorra en gastos de envío y otros gastos de distribución. "Regresar a EU ha sido una gran victoria para nosotros", asegura.
Mitch Free, fundador y CEO de MFG.com, un directorio en línea que ayuda a las empresas a encontrar fabricantes estadounidenses, coincide en que fabricar los productos en Estados Unidos ofrece algunas ventajas.
"Tu tiempo de producción es más corto y arrastras menos inventario. Al estar más cerca de la sede, puedes acelerar el diseño y la innovación y proteger tu propiedad intelectual", comentó.
También puede generar buena voluntad y relaciones públicas positivas. "Apoyar el Made in America te convierte en un buen ciudadano corporativo", señala Free. "Apple es un innovador de alto perfil que esperas que otras empresas sigan su ejemplo".
Free advierte que la decisión de Apple tal vez no genere muchos empleos nuevos en las fábricas, dado que la fabricación de tecnología está hoy muy automatizada. "No es como si necesitaras líneas de trabajadores sentados para ensamblar computadoras".
Además, dado que gran parte de la base industrial del país se ha erosionado en los últimos años, la búsqueda de trabajadores estadounidenses con las habilidades necesarias para comenzar de inmediato en el piso de la fábrica puede ser un desafío, dijo.
La forma más sencilla para que Apple reactive la producción en Estados Unidos sería un contrato con su actual fabricante chino Foxconn Technology Group -que ya cuenta con dos plantas de producción en EU- y construir otra planta para ensamblar Macs, dijo Free. El enfoque puede ser similar a lo que han hecho las automotrices japonesas cuando han llegado a Estados Unidos, traen gerencia japonesa y trabajadores altamente calificados de Japón para entrenar a los trabajadores estadounidenses.
De hecho, inmediatamente después del anuncio de Apple, Foxconn dijo este viernes que estaba considerando una expansión de sus operaciones en Estados Unidos.
No obstante, "Apple podría recibir publicidad negativa si firma un contrato con Foxconn en EU. Habrá gente que diga que aunque traiga de vuelta a casa parte de la producción, Apple todavía está utilizando a una empresa china y tal vez también a trabajadores chinos en Estados Unidos", estima Free.
Por su parte, el grupo del gremio Alliance for American Manufacturing declaró este jueves que estaba "encantado de ver que Apple se unía a la creciente lista de importantes fabricantes que ven a Estados Unidos como un lugar atractivo para la manufactura".
Con todo, los 100 millones de dólares que Apple invertirá para fabricar en Estados Unidos es sólo una pequeña fracción de sus ingresos y su valoración de mercado, reconoce Scott Paul, director de la asociación gremial.
Si Apple quiere evitar ser etiquetada como una empresa que sólo agrega un tornillo hecho en Estados Unidos, en un esfuerzo simbólico para apoyar la fabricación en territorio estadounidense, Paul dice que la empresa debe demostrar que su maniobra es parte de una tendencia más amplia.
"(Apple) puede hacerlo mejor, pero este es un paso importante en la dirección correcta. La etiqueta ‘Made in America' es muy valiosa, y estamos felices de que Apple lo haya descubierto".
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