Apple ha enviado las invitaciones para anunciar a los cuatro vientos su próximo gran lanzamiento desde el iPhone 5, el ultrarumoreado iPad Mini.
Mucho se ha hablado respecto de la llegada de un nuevo producto que viene a ser la respuesta del gigante tecnológico a un creciente mercado de tablets de tamaño mediano, el que resulta ser más que interesante para Apple desde que otros fabricantes mostraron que existía un nicho bastante interesante — y explotable — que había estado dejando de lado debido a la propia voluntad de Steve Jobs.
Es pertinente recordar que el fallecido CEO de la compañía de Cupertino no escatimó en palabras para criticar el formato que Samsung y otras marcas habían estado explotando después del lanzamiento del primer iPad. En sus propias palabras, las tablets de 7 pulgadas eran demasiado pequeñas para entregar una buena experiencia y que estaban “muertas antes de nacer” o “Dead On Arrival” (DOA).
“Las tablets de siete pulgadas son un punto intermedio, muy grandes para competir con un smartphone y muy pequeñas para competir con el iPad“, sentenciaba ya en septiembre de 2010 durante una llamada con la prensa y analistas para discutir las ganancias de la empresa de Cupertino.
“Si tomas un iPad y lo sostienes en posición vertical, y trazas una línea horizontal a la mitad de la pantalla, laspantallas de 7 pulgadas son ligeramente más pequeñas que la mitad inferior de la pantalla del iPad. Ese tamaño no es suficiente para crear buenas aplicaciones para tablets en nuestra opinión”, aseguraba Jobs.
“Uno naturalmente pensaría que una pantalla de 7 pulgadas ofrecería el 70% de los beneficios de una pantalla de 10 pulgadas. Desafortunadamente, esto está lejos de ser verdad. Las medidas de pantalla son diagonales, por lo que las pantallas de 7 pulgadas son sólo el 45% de la pantalla de 10 pulgadas de un iPad“, explicó el que fuera hombre fuerte de Apple por años.
Jobs remataba aseverando que los fabricantes que adoptaran este formato aprenderían “la dolorosa lección acerca de que sus tablets son demasiado pequeñas y aumentarán su tamaño el próximo año, abandonando así a sus clientes y desarrolladores que saltaron al carro de las 7 pulgadas con un producto huérfano. Suena como un montón de diversión más adelante“.
Durísimo. Lapidario.
Samsung y Amazon, el llamado de atención
El tema parecía zanjado, pero no quedó fuera de discusión durante mucho tiempo. ¿Qué cambió? Los rumores de la llegada de Amazon y su Kindle Fire, los que a la larga impulsaron en Estados Unidos un fenómeno de adopción de tablets pequeños, poniendo el foco en un lucrativo negocio que anteriormente no había sido correctamente explotado.
Amazon tenía tres puntos resueltos que la pusieron rápidamente en una posición privilegiada de cara a lanzar su propio hardware de medios: Servicios probados y reconocidos por el consumidor, una tienda de contenidos enorme y una millonaria espalda económica que les permitió subvencionar silenciosamente sus productos esperando que las reales ganancias vinieran de las ventas dentro del ecosistema de la compañía.
Por supuesto, esto provocó preocupación al interior de Apple. La torta — y la notoriedad de la competencia — era demasiado grande como para pasarlo por alto, y así fue como Eddy Cue — vicepresidente de Software para Internet y Servicios en la empresa de la manzana — comenzara a tratar de convencer ya a fines de 2010 a Jobs de dar su aprobación para que la compañía fabricara un producto que atacara un mercado al que se rehusaba a ingresar.
En correos enviados entre toda la plana directiva mayor de Apple — excluyendo a Jobs, con licencia médica – y conocidos gracias al juicio entre la firma estadounidense y Samsung, Cue aseguraba enérgicamente que tenían que fabricar este aparato.
“Creo que habrá un mercado de 7 pulgadas, y nosotros deberíamos hacer uno. Le expresé esto a Steve muchas veces desde el día de Acción de Gracias y pareció bastante receptivo la última vez. Encuentro que el manejo de correo, libros, Facebook y videos es irresistible. La navegación web es definitivamente el punto más débil, pero todavía resulta usable”, escribía compartiendo además su experiencia de uso de otros tablets del mismo tamaño… Irónicamente, un Galaxy Tab.
El ingreso de nuevos actores al mundo de los tablets pequeños – Google con su Nexus 7, con mayor relevancia últimamente – no se ha detenido, poniendo algo más difícil el panorama a una compañía que de lejos sigue siendo la líder en el global de tabletas, pero que a futuro podría ver comprometida su amplia diferencia a favor a manos de competidores que han forzado un cambio en el mercado, poniendo énfasis en integrar características de computación convencional carentes en el propio iPad.
No es un misterio que el precio de salida será otro tema importante. Apple nunca ha estado muy pendiente de competir en las vitrinas con las etiquetas del resto de la industria, pero es innegable que el gran factor diferencial de este segmento ha sido lo accesible que estos aparatos puedan ser.
Teniendo en cuenta eso, y con el iPad 2 siendo vendido por USD $399, llegar a USD $299, USD $249 o menos con un modelo base podría canibalizar dentro de su propia oferta al iPod Touch. Sí, son segmentos distintos, pero podría darse que en época de navidad el iPad Mini termine capturando esa “venta impulsiva” siempre asignada al exitoso reproductor de control táctil, tanto por su novedad como por su precio.
Hoy, ya sin Jobs ahí para oponerse, Apple se prepara a lanzar un producto del que el inspirador de la innovación al interior de la empresa de Cupertino renegó abiertamente en vida. Un tablet sobre el que mucho se ha especulado, pero que sólo cuando sea puesto ante la luz pública tendrá una real valoración por parte de una masa crítica cuyas opciones de elección de productos de calidad en este segmento aumentan cada día más.
Es probable que el deseo generalizado por la marca lo ayudará a ser un hit durante las fiestas de fin de año, pero es un hecho que un iPad más pequeño no es algo que se venderá por si mismo, y eso es algo que Jobs sabía perfectamente. Afortunadamente para Apple, ya tiene un ecosistema para sustentarlo.
No son pocos los que han ido todavía más allá al analizar esta decisión, y comienzan a ver que el lanzamiento del iPad Mini es una muestra clara del cierre de la transición de poderes en la compañía a poco más de un año de la muerte de su CEO emblema.
Con Tim Cook a cargo y toda la plana directiva liberada para crear lo que crean mejor para la empresa, los más puristas temen que Apple comience lentamente a tomar decisiones peligrosamente cercanas a su abultada cuenta corriente más que a la experiencia de uso, algo que — estoy seguro – no es tan cierto.
Sin embargo, resulta inevitable poner atención a los movimientos de la empresa a futuro. ¿Qué tanto se desmarcará la empresa de la influencia de Jobs en el corto plazo? A veces es bueno dejar ciertos paradigmas atrás – Apple lo ha hecho sucesivamente – pero no siempre es bueno traicionar tus convicciones sólo por marcar presencia en un segmento en que tu competencia se luce y roba cámara, aunque sea con cifras acotadas.
De todas formas, siempre es sano para la industria ver a Apple mirando para el lado y reaccionando ante lo que hace el resto. Un baño de humildad no le hace daño a nadie, y esta no es la excepción.
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