Pero la esperada revelación de una iPad más pequeña de siete pulgadas, la próxima semana, no sólo es el secreto peor guardado desde el lanzamiento de su computadora con pantalla táctil original, también es la evidencia más clara hasta ahora de que Apple está tratando de consolidar sus ganancias; y de que otras empresas -especialmente Google y Amazon- son las que están ahora en la ofensiva.
Una iPad más pequeña, si es que realmente ése es el tema del evento que Apple ha convocado para el próximo miércoles, es vista como un apuntalamiento de las defensas de la firma para el ecosistema más poderoso que el mundo de la tecnología de consumo haya visto. El iPhone, que transformó el mundo de los dispositivos de mano, y la iPad de 10 pulgadas, que está comenzando a roer la industria de las PCs, fueron agentes de cambio. Pero una iPad de siete pulgadas no revolucionará ningún sector.
Más bien, es un síntoma de la necesidad de Apple de completar su gama de productos y protegerse de sus rivales. Las pantallas de siete pulgadas representarán un tercio de los 202 millones de tablets vendidas el próximo año, indica IHS iSuppli. La guerra entre los ecosistemas tecnológicos -en la que Google y Amazon se han movido hacia el hardware a medida que Apple ha presionado cada vez más en los servicios de Internet- ha iniciado una nueva fase competitiva. Dejar abierta una brecha podría ser costoso.
El mensaje no fue ignorado en Wall Street. Una caída de casi 10% en el precio de las acciones de Apple en el último mes, es una señal de las preocupaciones que parecen destinadas a regresar con mayor frecuencia.
El motor principal del ascenso de Apple, el iPhone, pronto llegará a los límites de su crecimiento en el mundo desarrollado, si no en el ciclo de producción siguiente, en el posterior a ése. Los márgenes de ganancia sólo pueden disminuir a medida que la iPad se convierta en una parte más grande de la mezcla y las tablets rivales reduzcan la brecha.
Por otro lado, Apple enfrenta un creciente escepticismo respecto a su capacidad de transformar la televisión - una de sus mayores esperanzas. Entonces, ¿dónde está la próxima ola de innovación que elevará más a la empresa?
El fuerte de Apple no es jugar a la defensiva. Prueba A: El fiasco que siguió a la introducción prematura del servicio de mapas de la firma con la última versión de su software iOS. Era una pieza obvia del rompecabezas que Apple necesitaba armar a medida que repelía a Google de su plataforma móvil.
El tropiezo ha destacado un fracaso más amplio en el intento de la compañía por tomar el control de las 'aplicaciones estrella' en sus dispositivos. Siri, el servicio de búsqueda activado por voz diseñado para superar a Google, sigue siendo una decepción. La videoconferencia de FaceTime no ha logrado hacer mella en Skype, propiedad de Microsoft.
En el hardware, Apple por lo menos está en un terreno más seguro. Puede que no sea el primero con una pantalla de siete pulgadas, pero tiene la oportunidad de hacer sombra a sus rivales, estableciendo el estándar para estos dispositivos.
Pero eso no la excusa de la necesidad de resolver dos problemas relacionados que enfrenta la presunta iPad mini: Su precio y su propósito.
Esto debe ser algo más que una iPad más pequeña. Como Steve Jobs argumentó alguna vez, las aplicaciones a gran escala que corren en una pantalla táctil de 10 pulgadas -y que han hecho de la iPad una rival de las PCs- no serán tan fáciles de usar en un dispositivo pequeño.
En cambio, las pequeñas tablets se adaptan perfectamente a los contenidos digitales de consumo. ¿Será el nuevo dispositivo de Apple algo más que una variante de bajo costo, y logrará carcomer las ventas de la iPad original? Esto nos lleva a la espinosa cuestión del precio. A 199 dólares, la Nexus 7 de Google y la Kindle Fire de Amazon han dejado poco espacio para que Apple defienda sus márgenes de ganancia de una iPad con pantalla pequeña. Algunos grupos de Internet argumentan que 'regalar' el hardware estimula el consumo de contenidos que mantiene sus negocios principales: la publicidad y el comercio electrónico.
Válido o no, éste es un argumento que Apple no puede hacer: Ha tropezado en la publicidad y siempre ha sostenido que la tienda iTunes funciona en un punto de equilibrio entre costos y ganancias para apoyar su negocio básico de hardware. Si no puede conseguir una fuerte diferenciación en hardware, Apple estaría en peligro de una ruptura en su modelo de negocio.
Si el gadget que Tim Cook presente la próxima semana no es más que una iPad más barata y más pequeña, enviará un mensaje preocupante para los inversionistas de su empresa. ¿Qué seguirá después? Precios más bajos de las iPads de 10 pulgadas a medida que Amazon y otros suban de categoría? ¿iPhones más baratos de nivel básico a medida que el crecimiento se mueva hacia el mundo emergente?
Por ahora, Apple sigue mejorando sus márgenes de ganancias en su envidiable posición en la cima de las firmas tecnológicas. Sin embargo, cada nuevo producto que no logra ser un agente de cambio -un iPhone 5 que fue solamente suficiente, un servicio de mapas que empañó la reputación de la empresa y la obligó a pedir una disculpa- es un recordatorio de que no hay un sustituto para la innovación real. Una iPad de pantalla pequeña no servirá en absoluto para silenciar a los escépticos.*El autor es el editor en jefe de la costa oeste del Financial Times.
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