Yo padecía del síndrome de Diógenes de las aplicaciones, sí señor, lo admito. Lo primero es reconocerlo, yo me recuperé, y para ayudar a los que puedan estar en esta situación va este artículo.
Empecemos con una revisación para ver el estado del enfermo: mira tu móvil, pasa por las distintas pantallas, ¿cuántas aplicaciones de las que tienes no las has ni siquiera abierto una sola vez? Si la respuesta es de 10 para arriba, pase directo a consulta, su caso es grave, continúe leyendo por favor.
Sí, las ha abierto alguna vez, pero tiene más de 10 aplicaciones que no has usado en 15 días, usted puede estar incubando la enfermedad. Lo peor, esas aplicaciones pueden estar ocupando espacio y recursos. Muchas de ellas posiblemente tengan la geolocalización activada o pueden estar enviando y transmitiendo datos continuamente aunque no estemos sacando provecho de ello.
Ánimos, si has leído hasta aquí, tu recuperación va encaminada, y estos son los puntos de tu tratamiento:
1- Ideas claras: Lo primero es saber para qué necesitas verdaderamente el móvil. No vamos a preguntar si lo usas para trabajar o jugar porque todos usamos el móvil con fines múltiples y tenemos todo centralizado ahí, pero cada uno tiene diferentes prioridades. Si tu trabajo necesita que estés actualizado permanentemente no vamos a pedirte que borres todos los lectores de noticias por ejemplo, porque probablemente unos te den opciones que otros no te dan y en determinado momento los necesites a todos instalados. Un poco de sentido común para empezar.
2- Ayuno forzoso: Ya lo pensaste pero no sabes por dónde empezar. Va a ser necesario tomar medidas. Imagina que sólo pudieses instalar 10 aplicaciones hoy, las 10 que usarías, aquellas por las que tiene sentido llevar el móvil. Deja afuera juegos por el momento. ¿Cuáles son? Haz una lista. Tómate un té y borra el resto.
3- All work and no play makes you a dull boy: El tiempo de ocio es importante y por eso sí tienes que tener juegos instalados en tu móvil. Elige 3: el que estás jugando ahora; el clásico al que vuelves siempre; el que quieres probar. El resto puedes borrarlos con tranquilidad.
4- Mantenlo a raya: la abstinencia: A todos nos gusta descargar aplicaciones nuevas, hemos pasado por esto, y no queremos abandonar esta insana costumbre. Lo mejor es controlarlo. Te dejaremos bajar todas las aplicaciones que quieras para probar, pero utiliza para ello una pantalla separada, o ponlas dentro de una carpeta. Reserva un momento del día o de la semana para probarlas y no dejes allí las que no te convencen. Oblígate a mantener esa pantalla limpia para poder instalar las nuevas que quieras probar. Si pasa una semana y no has usado una app, ya no la usarás, puedes quitarla del móvil.
Algo bueno de las tiendas de apps es que no van a cobrarnos dos veces por la misma aplicación y no hay necesidad de usar nuestro teléfono de trastero o depósito para aplicaciones que no usamos. Siempre podremos volver a descargarlas en un minuto. Una vez que hayas hecho limpieza notarás mayor fluidez en tu teléfono y más claridad visual para encontrar lo que buscas. Enhorabuena, está usted curado.
Foto: Brian Wilkins
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