Llevamos mucho tiempo sumergidos en las guerras de patentes entre numerosos fabricantes. Apple dice que Samsung le copia, Samsung que Apple, Motorola se mete por medio y acusa también a Apple quien vuelve a arremeter contra Google…
Hace ya un año mi compañero Miguel Michán resumía esa guerra de patentes abierta entre diversos fabricantes y Apple. Desde entonces han seguido los líos y cuando parecía que todo iba a calmarse algo ocurría y el tema se avivaba. Pues bien, ahora parece que Apple va a contar con lo que para la ciencia sería el bosón de Higgs, la patente que podría acabar con Android.
Un Anillo para gobernarlos a todos, un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
Tras leer por encima los aspectos más importantes de la pantente no he podido evitar recordar la inscripción del anillo único. La patente concedida a Apple engloba muchos aspectos de lo que ahora mismo todos conocemos como interfaces táctiles.
La patente en sí cubre todos los aspectos que hacen que consideremos Smartphone a un teléfono. Desde aspectos como la visualización de datos como lista de mensajes, teléfonos o correos electrónicos hasta otros aspectos de la interfaz como el acceso a las canciones, archivos de vídeos, calendarios, etc…
Con dicha patente Apple se encuentra en una posición privilegiada. Un lugar que le permitirá no sólo demandar a Google u otros fabricantes sino también a desarrolladores. Es decir, si no le interesa lo que ve, lo demanda y listo. Y eso es algo que me preocupa.
Muchos creo que conocéis mi postura ante estos temas. Me gusta que se respete el trabajo de cada uno. Que si alguien hace una inversión en desarrollo se le reconozca y si puede sacar algún beneficio pues también. Pero llegar al punto donde una demanda acabe de forma inmediata con la competencia me preocupa. Y me preocupa porque entonces se pierde eso mismo, la competencia. Lo que termina repercutiendo en el usuario.
La verdad, es un tema delicado. No sabemos cuales serán las intenciones. Usarla como arma defensiva para cerrar los actuales litigios o ir a por todas. Tal vez, esta solicitud de patente ya la tenía Jobs en mente cuando declaraba “Voy a destruir Android”.
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